“Hablé con dos amigos en los últimos dos días y les dije, la próxima vez que tenga la idea de casarme péguenme un tiro en los huevos. La decisión fue lo más sano por los dos”, dijo. “No se puede hablar de ruptura en buenos términos. No hubo buenos términos. El viernes le dije que se volviera, y se llevase sus cosas. Quedó dos días más en la casa que le alquilé a mi hermano, y tengo entendido que pasó antes por Santa Fe, donde tiene familiares, y llegó ayer a Buenos Aires”, dijo. “Puede ser que haya habido una Sofía Oleksak y una Sofía Oleksak de Sofovich”, deslizó. “Entre los más íntimos no hubo mucha sorpresa”, agregó. “Para qué me casé?”, bromeó recordando las palabras de uno de sus amigos: “para qué te casás si están tan bien”.“No puedo entender que le pasó porque soy el marido, no el psicólogo. Habíamos perdido la capacidad de diálogo”, dijo el creador de la obra “Gracias a la villa”.“Cuando decidí casarme no imaginé estas consecuencias. Estoy contenido por mi mismo, a pesar del afecto que recibo. No niego que haya que elaborar un duelo, pero eso no afectará mi desempeño con el público. El cariño de la gente aplaudiendo de pie ayuda a superar el duelo”, dijo. “La decisión la tomé el 23, al otro día tuve una noche mala. Pero me ayudó haber estado rodeado del elenco en casa de Mariano Iúdica. Desde el momento en que hizo su valija no volvimos a entablar diágolo”, comentó Gerardo.
"Siempre digo que estar sobre el escenario es la pasión de mi vida, y cuando deje de sentirla, abandonaré. Pero creo que moriré en un escenario. La separación a esta altura de mi vida es igual que a los 30 o a los 60. Siempre es un desgarro, así lo tomo, no soy inmune a los sentimientos. Pero la decisión que tomé fue una convicción”, aseguró.
1 comentario:
Era obvio, la pobre Sofía tiene derecho a un matrimonio "consumado". Eso no hay dinero que lo pague.
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