CANOSA VOLVIA A LA TV

CLARIN 1/06/06

TELEVISION : DEBUTO "LOS PROFESIONALES DE SIEMPRE", POR CANAL 9



Tiempo de chimentos


Viviana Canosa volvió con su programa sobre la farándula. La acompañan Angel De Brito y Marisa Brel.


Los quiero mucho, gracias por dejarme entrar en sus casas". Así, buenita, sensible, apelando al corazón de doña Rosa, Viviana Canosa transitó su vuelta —después de dos años de ausencia— con Los profesionales de siempre (lunes a viernes de 17 a 19), primer bastión 2006 de Canal 9 en la tarde chimentera, tradicionalmente copada por Jorge Rial en América.

Con una cortina musical que le imbuía fuerzas: Soy la super chica, no tengo rival, algo nerviosa, lo único que comentó Canosa en referencia a sus dos años sabáticos fue "me desintoxiqué, me limpié".

El leit motiv del primer envío —que midió 10,1 puntos de rating, según la medidora Ibope, aún cuando durante una hora compitió nada menos que con el amistoso entre Angola y Argentina— fue, por supuesto, la entrega de los premios Martín Fierro, televisada por el mismo canal. Ceremonia a la que la emisora seguirá sacando jugo gracias a la idea de organizar una fiesta post premios que podrá verse el sábado.

En esta versión de Los profesionales de siempre (formato estrenado en el 2003), Canosa se presentó acompañada de un equipo homogéneo en cuanto a aporte informativo, algo que la diferencia de Intrusos en el espectáculo, con algunos panelistas de poca letra.

Cada uno de ellos se mostró con un rol definido: Angel De Brito fue el implacable, Marisa Brel, de nuevo en la postura "amo a los famosos" pero sumándole un "me quiero parecer a ellos" (¡si hasta comparte viaje a Miami con la hija de Susana Giménez!), el supuestamente gracioso Rodrigo Lussich y el serio "que viene de otro palo", Adrián Pallares.

El programa se desarrolló en un tempo ameno de comentarios, infidencias y hasta ciertas presuntas ironías, como cuando a la panelista Marisa Brel se le ocurrió agregar a Julio Bocca a la lista de los homosexuales que la atraían. A lo que Brito retrucó veloz: "¿pero él es homosexual?".

Si bien echó mano a la ternura por momentos, es en su versión maligna donde Canosa muestra oscura luz propia. Como cuando, como quien no quiere la cosa, instala la polémica: "¿Pero Susana está gorda o está bien?", o cuando, cizañera, les pregunta a los tres diseñadores invitados al living "¿se animarían a criticar la obra del otro?". O como cuando capta al vuelo un comentario casual de Laurencio Adot ("Suar me encargó el vestido de Araceli") y no para hasta armar una polémica de robo de clientas, desplantes de divas y amores inconclusos.